Me pediste el traje
y yo me lo puse
desplegué la pequeña capa
como un torpe murciélago
y aprendí a volar
para seguirte adonde fueras
para salvarte
en vuelo rasante
verde y rojo contra el pecho
una nueva piel
pegada al cuerpo
esa franja indivisible
o superficie heróica
la velocidad que me transforma
y el enorme mar
reflejando ahí debajo
al extraño superhéroe
de otra película.
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