Que ésta navidad
no nos agarre de brazos cruzados
es preferible
seguir el paso de los camellos
resonando en el desierto
o contemplar el brillo distante
de una estrella que nos guíe
dejar los deseos
junto a los zapatos
y entrar en puntas de pie
la cuna vacía
el olor rancio de los animales
y una montaña de regalos
para repartir
entre los incrédulos.
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