A trescientos kilómetros por hora
una bicicleta
pasa frente a nuestra casa
no la vemos, nadie la oye
pero vos igual me decís
tengo miedo de la velocidad
y te parás a cerrar la ventana
como si supieras
algo que yo no
como si intentaras ocultar
ese rastro silencioso
que va dejando la distancia.