domingo, 28 de junio de 2015

Aunque nunca volví a entrar a ese patio, sé que la rosa china sigue ahí. Desde acá puedo sentir el calor abrazador de sus flores, flameando como lenguas de fuego. La casa donde vivieron mis abuelos nunca se pareció a una casa, pero el tiempo igual trajo el desalojo. Se fueron las palabras, los sonidos y los cuerpos. El rojo, es un color que no se apaga.

jueves, 11 de junio de 2015

Miramar es la ciudad balnearia con la luz justa para unas buenas vacaciones. Como manada, siempre creímos en el poder de las palabras. Esa mezcla sutil entre mirar y amar. La predicción disfrazándose de excusa. Abro los ojos y veo el verano como un camino plagado de escolleras. Sobre el fondo una familia con sueños, ambiciones y poca habilidad para el turismo.

martes, 9 de junio de 2015

Esa noche, los dos comimos del mismo cuerpo. Los restos de piel que cayeron sobre la alfombra nunca se secaron. Todavía los veo brillando en la oscuridad del comedor, multiplicando los tonos metálicos de la ciudad. Hoy me desperté y volví a sentir el cuerpo como un bisturí. Las noches pasan, las ciudades se apagan, pero el hambre nunca se va.

Sigo con mis ojos el recorrido de la hiedra. Siento la furiosa velocidad de sus ramas viajando por debajo de la piel. Es que somos hermanos ...